En los últimos años, el consumo de cocaína ha aumentado de forma considerable en Estados Unidos según la DEA. Este hecho ha causado gran preocupación en las autoridades americanas, ya que esta sustancia tiene un alto nivel de adicción y los efectos secundarios están ligados a la aparición de enfermedades físicas y mentales de gran magnitud.
Breve historia de la sustancia
Las hojas de coca fueron utilizadas desde hace siglos en Perú por los pobladores nativos como estimulante natural. En 1859, Albert Niemann sintetizó por primera vez el componente activo de esta planta y lo concentró. De esta forma nació la cocaína.
En el mundo médico, la cocaína cumplía funciones meramente clínicas; se utilizaba como componente para otros analgésicos que se utilizaban en operaciones leves. Una de las figuras más populares que recomendó su uso fue Sigmund Freud, para él, la sustancia era milagrosa, ya que servía como estimulante para la fatiga y se creía que podía tratar eficazmente la depresión.
Tiempo después, se supo que los efectos secundarios de la droga eran terribles y diferentes estudios demostraron que la sustancia era altamente adictiva y podía generar problemas tanto físicos como mentales.
En 1914, el gobierno de Estados Unidos aceptó los riesgos de la cocaína luego que varios reportes confirmaran su alto grado de adicción y además de ser la culpable de 5,000 muertes anuales. En este mismo año la cocaína se prohíbió en territorio americano.
La droga del momento
A pesar de los diferentes estudios que confirman su toxicidad y los esfuerzos de los gobiernos para detener su comercialización y consumo, la cocaína es actualmente la segunda sustancia ilegal más consumida en todo el mundo, justo después del cannabis. Según informes de la casa blanca, el consumo de cocaína en Estados Unidos se ha elevado a cifras preocupantes desde el 2011 .
Este mismo hecho provocó una crisis de drogas en Estados Unidos al reportar que en el 2016 las cifras de consumo de cocaína habían sido las más altas en los últimos 10 años. Según la DEA, este problema radica principalmente en el incremento del cultivo de hojas de coca en Colombia que son utilizadas para la producción de esta sustancia y que luego es trasladada ilegalmente a Estados Unidos para su comercialización.
La problemática se vuelve aún peor, ya que la cocaína, según nuevos informes, es consumida mayormente por jóvenes de 18 a 25 años que prueban la sustancia por primera vez. Al ser una droga que corre muy a menudo por clubs nocturnos o bares, las probabilidades de que los jóvenes tengan acceso a esta sustancia son altas.
Según un estudio publicado en la revista Addictive Behaviors, los jóvenes que consumen cocaína a una edad temprana desarrollan daños cognitivos más fuertes que las personas que la prueban a una edad mayor. Esto produce que los jóvenes tengan problema
s en la memoria de corto y largo plazo, así como el desarrollo de enfermedades mentales o físicas.
La psicóloga Eva María Cruzado Mirando, egresada de la Universidad Cayetano Heredia y actualmente laborando en Madrid, declaró sobre el tema:
Diversos estudios han determinado que el inicio del consumo de la cocaína a temprana edad tiene mayores consecuencias que en edades adultas.
Tal afirmación tiene una explicación; como sabemos, el cerebro mientras eres niño tiene gran plasticidad, por tanto resulta más fácil para un niño recuperarse de una lesión, aprender nuevas cosas, etc, lo cual es favorable pero a la vez peligroso si no sabemos cuidar de él, ya que en la adolescencia, el cerebro todavía se encuentra en desarrollo e introducir cualquier tipo de droga, hace que pueda causar un daño crítico al cerebro, disminuyendo la capacidad de aprendizaje, de memoria, habilidades para moverse y coordinación.
Además, es importante destacar que también existen estudios que indican que mientras más temprano se inicie en el consumo de cocaína, existe mayor probabilidad de desarrollar una dependencia, por tanto es altamente probable que a nivel social también exista consecuencias como una deserción escolar, hurtos en casa y fuera de ella, empezar a formar parte de pandillas, etc.
Efectos y consecuencias
La forma más común de consumir de cocaína es la inhalación de la sustancia por la nariz. La droga demora un promedio de 8 minutos en hacer efecto y se caracteriza por generar mucha euforia en el consumidor. Las personas describen sentir una sensación de energía y felicidad extrema, una agudización de los sentidos y aumento del ego. Al subir los niveles de dopamina en el cuerpo, el consumidor siente una anulación del estrés, de la angustia y la ansiedad, lo que facilita el diálogo, la expresión y la seguridad en sí mismo; por eso es considerada una droga social por excelencia.
La forma más común de consumir cocaína es por medio de la inhalación. Al ser un estimulante potente, su presencia en los clubs nocturnos y bares es recurrente. Muchos consumidores la esnifan junto con alcohol lo que aumenta el riego de daños físicos o sobredosis.Este nivel de satisfacción frente a la droga es la causa principal del problema. Su adicción y dependencia puede contraerse sin dificultad alguna. El cerebro se acostumbra rápidamente a liberar grandes cantidades de dopamina y cuando el consumidor deja de consumir la droga se deprimirá fácilmente al no poder regular correctamente el nivel de dopamina en su cuerpo. A esto se le llama síndrome de abstinencia.
La cocaína a largo plazo puede producir daños en las vías respiratorias, problemas cardiovasculares, daños en el cerebro y alteración de la percepción y de los sentidos. De igual forma, el adicto puede desarrollar una fuerte depresión por el síndrome de abstinencia, se alteran los ritmos de sueño y puede contraer una fuerte desnutrición. El consumo constante de cocaína puede llevar a la muerte por un paro cardíaco, daños cerebrales graves o una sobredosis de la misma sustancia.
Actualmente, existen diversas organizaciones, tanto gubernamentales como no gubernamentales, que ayudan a la gente con problemas de adicción a poder salir de ese mundo. En el 2016, Estados Unidos registró su tasa más alta de muertes por sobredosis de drogas con 63,600 vidas perdidas y se estima que más de 22 millones de personas son consumidores y adictos a la cocaína.