La pareja más taquillera del teatro peruano vuelve a reunirse después de 20 años. Y logra, como antes, darnos dos horas de encantadora diversión.
Hacía mucho tiempo que proyectaban actuar juntos, pero no encontraban la obra adecuada. Inclusive Cattone escribió un show musical, (nadie olvida el exitazo de 3 MUJERES PARA EL SHOW), y hasta la eligió para protagonizar obras en las que él solo dirigió, como PERDIDOS EN ALGUN LUGAR, MONOLOGOS DE LA VAGINA, LA HEREDERA, pero no compartió el escenario con Regina, a la que define como MI MUÑECA FAVORITA .
Ahora apareció KIND SIR de Norman Krasna, que fue llevada al cine con Cary Grant e Ingrid Bergman, y que se representa en todos los teatros del mundo con el título de INDISCRETA. Cattone puso su toque de escritor y aggiornó un texto que tiene más de cincuenta años. Agregó un comienzo espectacular con una entrega del Oscar en vivo y realizó una escenografía de un departamento de la 5ªAvenida, en Nueva York, con un vestuario de gran gusto y suntuosidad. Es decir, no escatimó detalle para ofrecernos una comedia de un nivel de producción extraordinario. Como la veríamos en cualquier escenario del mundo.
También reunió un reparto de gran solvencia profesional y es así que gozamos con la presencia de Marisol Aguirre, muy vistosa y entregada a su personaje, lo mismo que Walter Taíman. Sorprende la pareja formada por María José Zaldívar y Nicolás Fantinato, en dos papeles de carácter que arrancan justas carcajadas en el espectador. La segunda parte de la comedia es realmente desopilante. También actúan con elegancia en el prólogo, Adrián Torres y Cocó Hamon.
Pero el verdadero festín de la noche es la dupla de estos dos vendavales escénicos que son Regina Alcóver y Osvaldo Cattone. Tienen una teatralidad, un glamour, un desparpajo asombrosos, un oficio acabadísimo de lo que es caminar un escenario, porque todo lo que hacen parece sacado de su propia vida y puesto en las tablas como una natural consecuencia de lo que son. El público queda totalmente subyugado al verlos transitar las peripecias de sus personajes, y los sigue del principio al fin completamente hipnotizado.
Ellos parecen no actuar sino vivir lo que hacen y eso es lo más difícil que pueda conseguir un actor, hacer creíble un cuento y encandilarnos con el relato de sus emociones. Aconsejo a todos los actores de las nuevas generaciones que asistan a estas representaciones, como se asiste a un taller, porque creo que es importante tratar de descubrir los recursos que los hacen ser tan naturales. La clase que emana de Regina y Osvaldo es una lección que no sé si puede aprenderse, pero sí disfrutarse.
Ver QUERIDO MENTIROSO es como asistir en Londres, donde creo que veo el mejor teatro del mundo, a una comedia de esas que no tienen pierde, con la elegancia inglesa de esos actores de antes, irrepetibles. Sin embargo los gozamos en Lima, son nuestros, y el aplauso de pie que les tributa la platea, es porque comprende que son lo mejor que tenemos en nuestros escenarios. Los he visto evolucionar, a través de los años, en obras de todo tipo. Para mi es inolvidable la puesta de OTELO , donde Cattone rugía como un animal herido, o EQUUS, ALGO EN COMUN, y , por supuesto, EL HOMBRE DE LA MANCHA, obras de diferente tesitura que el director –actor proyectó con extraordinario resultado. Y ahora, con la elegancia de un David Niven o un Cary Grant, nos vuelve a deleitar durante dos horas, con su estilo incomparable.
QUERIDO MENTIROSO es una delicia del principio al fin y ningún amante del buen teatro debe perderse este banquete donde Regina y Osvaldo nos enseñan cómo seguir siendo jóvenes para siempre.
Por: ENRIQUE ESCARDÓ