Se ha iniciado el proceso electoral para elegir a los gobiernos regionales y municipales, y ello debe llevar a los electores a hacer un análisis de conciencia cívica y electoral.
Ése análisis debería comenzar por recordar por quien votamos para el gobierno regional, el municipio provincial y el distrital, y luego preguntarnos en nuestro fuero interno, si contribuimos con nuestro voto a quienes salieron elegidos para dichos importantes cargos.
Después de ello, si estamos conformes con el desempeño de quienes elegimos, y de estar inconformes, a qué se debe ello, en un mecanismo racional que nos lleve –si estuvimos equivocados con nuestro voto – a no cometer en los próximos comicios el mismo error.
El elector muchas veces se queja de las agrupaciones políticas que promovieron candidaturas que con el tiempo se estableció que fueron inconvenientes, por decir lo menos. También se queja el elector de la calidad de muchas de las personas que ejercieron o ejercen cargos electivos, pero tiene que tener claro que hay responsabilidad compartida entre quienes presentan candidaturas inadecuadas y el elector que puso su voto en quien o quienes no lo merecían.
Evidentemente hay candidatos de primerísima calidad moral y profesional, y además con mística de servicio; pero también hay de los otros, que no están capacitados para ejercer los cargos a los que aspiran o carecen de valores éticos para trabajar en provecho de sus respectivas comunidades, y únicamente pretenden el cargo para lucrar, y ya sabemos cómo.
Los electores debemos conocer los antecedentes de los candidatos, en forma integral, como son su desempeño en las actividades a las que estuvieron dedicados, el cumplimiento de sus responsabilidades familiares, crediticias, tributarias, hasta si han sido conductores responsables de vehículos. Insisto, la indagación debe ser integral, y una buena herramienta de inicio de dicha acción es el conocimiento de la hoja de vida de los candidatos.
Hoy en día la mayor parte de los electores tienen acceso a Internet, y las autoridades electorales cuelgan en sus portales institucionales las hojas de vida de los candidatos, además que la prensa de investigación hace una loable pesquisa para conocer a los candidatos. Somos creyentes de la presunción de inocencia, pero cuando se nos muestra por la prensa, no chismes, sino más que evidencias de mal comportamiento y hasta perpetración de delito, no nos podemos quejar de que no estuvimos informados para emitir un voto responsable. Si tenemos las herramientas usémosla para tener buenos gobernantes.
Por: Antero Flores-Araoz