Salir al trabajo, ir de paseo con los amigos, o simplemente salir a comprar el pan, se han convertido en actividades de alto riesgo. A través de una reciente encuesta de CPI, encontramos que un 55.1 % de limeños opina que el principal problema que enfrenta Lima es la falta de seguridad ciudadana, evidenciada en la delincuencia desatada y los robos a todas horas del día.
Actualmente la sociedad se siente al acecho de diversos tipos de delincuentes. Uno se puede encontrar desde los famosos pirañitas, hasta los asaltantes de saco y corbata. Reconocer las verdaderas intenciones de alguien que se nos acerca, se hace cada vez más complicado y si no se está preparado, la suerte es nuestra única aliada.
Mediante un informe presentado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), es lamentable saber que nuestro país se encuentra en el segundo lugar más inseguro de Latinoamérica, solo después de Ecuador, y que diariamente uno de cada cuatro peruanos es víctima de robo.
Así mismo existen nuevas modalidades de delincuencia, como son: la extorción y los homicidios, que cada vez están cobrando más víctimas. Para tratar de evitar ser presa fácil de los delincuentes conversamos con el PNP, Raúl Gutiérrez, Comandante de Guardia del cuartel ‘El Potao’ del distrito del Rímac. Él recomienda a la ciudadanía andar siempre atentos, no descuidarse al caminar por las calles, aunque parezca una zona segura.
“Las personas andan desprevenidas, y piensan que no les va a pasar nada, pero deben ser desconfiados, andar a la expectativa. Ver si alguien los está observando, mirar atrás. El delincuente no viene por delante, siempre viene por la espalda. Preguntarse: ¿por qué me saludó?, ¿por qué se paró en la esquina?, ¿por qué ha vuelto por aquí?, ¿por qué se juntó con otra persona?, etc. Se tiene que ser muy observador. Si es de noche, evitar sitios oscuros.”
- -Identificar a un delincuente no es fácil, pues la mayoría de ellos andan observando como aves de rapiña a sus futuras víctimas, pero si les devuelven la mirada, se intimidarán.
- Tomar atención a la forma de hablar del delincuente, ya que usan muchas jergas. El delincuente nunca para solo, siempre son dos o tres, incluidas mujeres. A veces ellas lideran grupos de vándalos.
- Utilizan a féminas simpáticas para distraer a las víctimas. Otra de las modalidades de delincuencia más frecuente es el ‘cambiazo’, botando un fajo de billetes y confunden a las personas para terminar robándolas. Igualmente frecuentes son los homicidios y el sicariato.
Aproximadamente se presentan 30 denuncias diarias por robo en cada comisaría. Últimamente, el arranchar carteras y robar celulares está quedando de lado porque ellos aducen que ya no es negocio “rentable”, ahora está de moda la extorsión, pues es muy fácil acceder a los datos de las personas, lo que antes solo se veía en las provincias del norte ha llegado a la capital. “Para combatir esta clase de delincuencia, los policías estamos llevando un curso especializado”, nos dice el Comandante Gutiérrez.
Según el Informe anual 2013 de Seguridad Ciudadana, ‘Crisis política, temores y acciones de esperanza’, los distritos que cuentan con mayores recursos municipales tienen también mayores recursos policiales y, por lo tanto, bajas tasas de victimización. Por ejemplo, mientras que en San Isidro un sereno cuida a 69 personas, en Villa El Salvador un sereno cuida a 5,500 habitantes. El segundo puesto es para Miraflores, donde un sereno cuida a 125 personas. En lo que corresponde a policías, San Isidro se encuentra privilegiado con un efectivo cada 229 habitantes, seguido de Barranco, Cercado de Lima y Miraflores. En lo último de la lista están Santa Anita donde un PNP cuida casi a 3,000 personas y en San Martín un efectivo cuida a 2,200. La desigualdad entre distritos es abismal.
El antropólogo de la PUCP, Luis Mujica Bermúdez, trata de explicarnos cómo piensa y el porqué de las actitudes de un delincuente.
La delincuencia es un síntoma de crisis social. La escasez de oportunidades y la brecha creciente hace invisible el discurso liberal que dice que el país está bien, “el crecimiento de 5% anual, 3 millones de turistas vienen al país, que hay exportación.” Eso es interesante, pero eso mismo oculta otras cosas como el maltrato en el hogar, violaciones (establecidas en algunas poblaciones). A eso se le llama crisis social. Crisis en la salud, la salud mental de las personas. Muchos responden “estar bien”, pero es sólo superficialmente, encontramos una sociedad que está desatendida en la salud mental. Están profundamente afectados.
Por otro parte la existencia de grupos delincuenciales, nos dice que hay una crisis institucional. Si voy a la policía es porque necesito su ayuda, al Poder Judicial porque necesito justicia, etc. Pero la gente no confía en las instituciones que no responden adecuadamente. En encuestas se puede ver que el Perú es uno de los lugares más inseguros. El índice de confianza es una crisis institucional. A esto hay que añadirle otro problema, “tal muerte o tal asesinato, fue un ajuste de cuentas” Es que ya no se cree que existe justicia que cada uno hace su propia justicia. El origen de esta actividad ilícita está lleno de mecanismos para ocultar problemas sociales.
La cultura de la impunidad, en la práctica, es la concepción de que nadie le va a castigar por hacer algo como: Pasarse la luz roja -algo muy simple-. Transgrede las normas sabiendo que nadie lo va a sancionar. Y se sigue cultivando eso. El sicarito es una práctica de justicia entre un grupo que habla el mismo lenguaje. Existe una red muy grande que practica eso. Y eso significa que el estado esta simbólicamente presente, pero realmente ausente. Esta percepción de ausencia se manifiesta en los reclamos constantes de seguridad. La respuesta del estado es la militarización, poner más policías en la calle, etc. Es cierto que hay que hacer eso, pero no es suficiente.
Recalco que la crisis social va ahondándose porque se está generando brechas enormes entre grupos sociales que impiden que muchos puedan tener oportunidades para desempeñarse adecuadamente. No se ha hecho estudios y hay que hacerlo. En qué consiste el comportamiento de estos grupos de delincuentes, desde la forma más simple como arranchar carteras hasta el sicariato. Y cuál es la raíz de ese comportamiento. Las razones son múltiples. El poder, el prestigio, el orgullo. La pobreza no explica el sicariato.
Mi percepción personal es que tienen varios rasgos, favorecen mucho a un hedonismo individualista, han perdido todo, están viviendo para satisfacer un mercado delincuencial, entonces se convierte en una oferta laboral. La pregunta que hay que hacerse es ¿Qué es lo que están pensando estos individuos? La acción de una persona que delinque es una racionalidad, hay un grupo de personas que están detrás de ellos, son instrumentos de otros, pero sienten una satisfacción con toda la perversión. O también estas personas se sienten como Robin Hood criollo, recuperando bienes que no lo pueden adquirir de otra forma y lo redistribuyen en su grupo, su microempresa, jugando contra todo, autoridades, su propia moral.