Publicada en la Edición N° 27 en noviembre de 1960
La Revista GENTE se apunta un gol periodístico de proporciones al publicar una nueva impresión -la anterior en nuestro número de junio- de la primera entrevista exclusiva para el Perú, concedida por el entonces candidato John Kennedy a nuestro Director en la ciudad de Chicago. Como recordarán nuestros lectores, esta revista fue el primer órgano peruano en apoyar con todo entusiasmo la candidatura del extraordinario líder demócrata a la presidencia del primer país del mundo.
Seis meses atrás eran pocos los que creían en la posibilidad de que el Senador John Kennedy llegaría a presidir el país más poderoso del Universo. Fuera de los Estados Unidos era prácticamente desconodio y, dentro de las inmensas fronteras del Tío Sam, la popularidad de Nixon era mayor.
Tuve la suerte de estar con otros 36 colegas, de los más distantes confines del mundo, el día en que la gran maquinaria electoral del hoy Presidente Kennedy se puso en marcha; y fuimos el primer grupo de periodistas que unánimemente salimos de esa informal conferencia de prensa entusiasmados por lo que allí vimos y oímos. A pesar de que varios eran menores que el propio John Kennedy, había entre los colegas periodistas de renombre que, por sus años y la importancia de los órganos de prensa que representaban –Paris Match, ABC de Madrid, La Prensa de Buenos Aires, etc.- habían tenido oportunidad de conocer y tratar a verdaderos portentos de la inteligencia, la política, las finanzas, la religión, etc., mundiales; y, a pesar de ello todos salimos impresionados ante la personalidad, la simpatía, el realismo y la calidad intelectual de ese hombre extraordinario que físicamente aparentaba apenas pasar los 30 años.
Mucho nos llamó la atención ver la unión de los miembros de la familia, quienes tenían a su cargo las diferentes secciones: fue un hermano suyo quien nos recibió, como Jefe de Campaña, y una hermana la que atendió nuestra solicitud de esta entrevista. La guapísima señora de Kennedy, la hoy Primera Dama Jacqueline, puso especial esmero en atender a las tres mujeres presentes; durante la hora y diez minutos que a nosotros nos dedicó. En ese solo día, de las 16 conferencias o reuniones que tuvo que cumplir, “Jack” atendió personalmente 11. Se dio tiempo para preparar sus propios discursos, firmar 1,780 cartas, acompañar a su señora donde el médico, atender asuntos personales, contestar 315 llamadas telefónicas, etc.
Todas estas cifras fueron creciendo con el tiempo y “Jack“, con la ayuda de su familia, supo estar a la altura de los acontecimientos.
Preguntas y respuestas de todo tipo
¿No es difícil, siendo millonario, pertenecer a un partido que en realidad representa a las clases más modestas, y tener al frente a alguien que, como Nixon, aunque integrante del partido de las grandes fortunas, es un hombre que salió del pueblo y por méritos propios fue ascendiendo?
La respuesta de Kennedy, como todas las demás que llovieron en esta reunión, llegó inmediatamente:
Tienes que comprender que la situación de Estados Unidos es distinta a la de otros países: aquí, la mayor parte de lo que ustedes llaman gente pobre, vive como los ricos del resto del mundo; eso es lo que quiero que comprenda mi pueblo y que ayude a lograr iguales ventajas para nuestros amigos, a los que están fuera de nuestra frontera pero muy dentro de nuestros corazones. El ser millonario, el tener mejor suerte, no debe ni puede ser motivo para que atropellemos. Al contrario, nuestro agradecimiento debe hacerse palpable ayudando al que no ha tenido esa suerte. Además, los que somos cristianos tenemos la obligación de tratar a nuestros semejantes como a hermanos y, desde luego, no con la caridad teatral de muchos millonarios, ya que a Dios no se le engaña. Me considero un hombre de avanzada, capaz de comprender los problemas de los menos favorecidos, y de aplicar la medicina que cure sus males. Además, un Presidente de USA no adquiere esa responsabilidad para servir intereses de grupo o clase sino a la Constitución, al pueblo todo.
¿Cree que el comunismo está avanzando peligrosamente?
Es bien cierto que en América y en Africa ha logrado recientes triunfos y gana bastiones importantes; pero, por otro lado, principalmente por su actitud frente al heróico pueblo de Hungría, por las constantes purgas y la ausencia de las más elementales libertades en los países donde ha tomado el mando desde hace unos 5 años, está en su etapa de retroceso en Europa. Creo que parte de sus victorias en América son de responsabilidad de nosotros mismos.
Nuestra ayuda a las dictaduras, a los malos americanos, por el solo hecho de haber nacido dentro de la frontera, el querer mandar en casa ajena, es una política desastrosa.. Hay que hablar de igual a igual a nuestros amigos, escuchar y apoyar sus buenas ideas y, desde luego, no pensar que los problemas se solucionan solo con dinero. Tenemos en nuestras manos las armas que nos dan la verdad, el amor cristiano, el respeto al pensamiento y a la libertad del prójimo… Podemos con ellas derrotar amplia y definitivamente al comunismo de salón que trafica con las injusticias y los odios y que -cuando llega al poder- se olvida por completo de lo que en su propaganda pregonó. Yo pienso dar la batalla a fondo y demostrar que los americanos comprendemos mejor y ofrecemos ayuda más realista a nuestros amigos desamparados. Nuestra ayuda debe llegar al mismo pueblo en forma de maquinarias, colaboración técnica, colegios, casas y más trabajo. No con propina sino como solución, que es tan nuestra como de ustedes.
¿El gobierno de Ike ha sido beneficioso o negativo?
En comparación con épocas anteriores hemos estado estancados. Esto, para un país de la improtancia de USA es poco menos que fatal. Estamos atravesando el momento más dramático y en lugar de empantanarnos tenemos que ir adelante más rápidamente y luchar con fe y entusiasmo porque la verdad nos apoya contra el comunismo, que pretende infiltrarse en todos los sitios donde nos halla débiles. Seguimos siendo la primera potencia; pero de seguir las cosas como en los últimos 8 años, podríamos lamentar dentro de una década el perder esa supermacía y vernos en la situación de no poder ayudar a nuestros amigos a que conserven su libertad. El pueblo americano ya se dio cuenta de ello: el caso de Cuba, la batalla por la conquista del espacio, la China, etc., nos han abierto los ojos y se comprende que o cambianos de política y actitud o tendremos que lamentar más tarde consecuencias tremendas.
¿Puede ser decisivo el problema religioso? (No se ha aceptado hasta hoy en USA un Presidente católico.)
Ya dije anteriormente que el pueblo americano ha cambiado, los prejuicios raciales y religiosos van desapareciendo rápidamente, nuestra propia Constitución habla de la igualdad entre todos los americanos y no hace distinción de ninguna clase. Yo, por mi parte, respetaré dicha Constitución al pie de la letra, puesto que es el mandato del pueblo, de ese mismo pueblo que con su voto lleva a la Presidencia a quien desea; y en la Constitución americana está claramente establecida la división de poderes entre la Iglesia y el Estado. Pero un católico en la Casa Blanca, no quiere decir el Vaticano en el poder. Mis creencias religiosas las llevo conmigo en mi vida personal, en mi hogar, en mi iglesia; pero, si salgo elegido, estaré representando a mi pueblo y su mandato será el único que gobierne en mis actos oficiales. El judío, el protestante, el blanco o el negro son para mí y para la Constitución americana, iguales, y tienen idénticos derechos. Creo que el tema religioso no será el más importante en esta contienda, aunque lo haya sido en el pasado; y que demostraríamos nuestra madurez llevando a la Casa Blanca al primer Presidente católico. Se infringiría así la derrota más fuerte a la demagógica campaña del comunismo, y se demostraría al mundo que aquí todos somos iguales, y que hemos superado los prejuicios -humanos, si se quiere, pero poco cristianos- que tanto daño nos hacía hasta hace poco.
Ya personalmente, Jack Kennedy, me participó sus grandes deseos de venir al Perú. Adlai Stevenson, su compañero de partido, le había hablado de nuestros problemas, “porque había llegado hasta el pueblo mismo; no como otros que se limitan a aceptar grandes fiestas y reciben así un mensaje ficticio. El Perú, heredero de dos grandes razas, mezcla de incas y conquistadores españoles, merece mejor suerte”.
Tres meses después, Kennedy se encontró en Miami con su amigo, el Senador Alberto Martinto, a quien reiteró sus deseos de visitar Perú tan pronto como le fuese posible, visita que sin lugar a dudas será muy provechosa para nuestro destino. Todo el pueblo peruano, que ha demostrado simpatía por el flamante presidente, vería con sumo agrado este viaje.
Al igual que en nuestra edición de junio, finalizo esta entrevista exclusiva con las últimas palabras de John F. Kennedy:
“Mientras llegue el momento de verlos en Perú personalmente, les envío un saludo sincero y muy afectuoso, a través de las páginas de la gran Revista GENTE, el que hago extensivo a todos los pueblos hermanos del Sur“.
By: Enrique Escardó